Rodrygo Goes se ha convertido en el foco de creciente frustración en el Real Madrid. Tras comenzar 2025 en un estado de forma espectacular, marcando siete goles y dando dos asistencias en tan solo ocho partidos, el brasileño ha experimentado un declive dramático y prolongado. A pesar de la confianza inquebrantable del cuerpo técnico, que lo ha mantenido siempre en el once inicial, la visible tristeza y falta de chispa de Rodrygo sugieren que sus problemas van más allá del terreno de juego.

Su caída en picado culminó en la final de la Copa del Rey, donde su sustitución al descanso por Mbappé provocó un cambio inmediato en la energía y la actitud del Madrid. Aunque la formación se mantuvo sin cambios, el contraste de intensidad fue marcado. Rodrygo, sin embargo, se mostró desinteresado, desconectado e incapaz de influir en el partido. No ha marcado en sus últimos 24 partidos —22 con el Madrid y dos con Brasil—, una sequía que ha puesto a prueba la paciencia de la afición.

La marcha de Toni Kroos también ha desequilibrado el mediocampo del Madrid, dejando claro que el sistema actual necesita más estabilidad. Rodrygo se convirtió en la pieza clave de esta ecuación táctica, pero en lugar de adaptarse, el ataque se basó en mantener la identidad "BMVR" (Bellingham, Mbappé, Vinícius, Rodrygo), una fórmula que enmascaró problemas más profundos hasta que volvieron a aflorar de forma dolorosa.

Su actuación en la final podría haber sentenciado su destino. Sustituido al descanso sin completar un solo regate ni disparo, perdiendo cinco duelos y apenas tocando el balón en las fases clave, Rodrygo parecía completamente fuera de ritmo. Con el Madrid desbordado por la intensidad del Barça, se le vio perdido, manteniéndose arriba en lugar de rezagado y sin poder desafiar a Gerard Martín, quien brilló en su primer Clásico.

El futuro de Rodrygo ahora pende de un hilo. Sus propias palabras antes del fichaje de Mbappé insinuaban incertidumbre: "Sí, bueno... Todo puede pasar. Tengo contrato aquí, pero... los años que llevo aquí han sido un placer". Aunque luego intentó aclarar su postura, su puesto en el Real Madrid es más vulnerable que nunca.

Este verano podría ser un momento decisivo en la carrera del jugador de 24 años. La pregunta sigue en pie: ¿luchará Rodrygo por recuperar su lugar en el Bernabéu o es hora de empezar de cero en otro club?

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