Cualquier idea de cooperación o entendimiento mutuo entre el Real Madrid y el Barcelona es cosa del pasado. Mientras el club catalán entra en un nuevo ciclo electoral, en el Bernabéu se reafirma la postura que Florentino Pérez dejó clara en la Asamblea de Socios: "Llegaremos hasta el final".

Lo que está sucediendo marca el colapso definitivo de cualquier remanente de cordialidad entre los dos históricos rivales. El Real Madrid no tiene intención de limitar su respuesta a los procedimientos legales actuales. El club se prepara para intensificar el conflicto exigiendo al Barcelona una compensación económica significativa por las consecuencias de los pagos realizados a José María Enríquez Negreira. Las posibles sanciones deportivas se rigen por el Artículo 4.1 del reglamento de la UEFA, y algunos clubes ya empiezan a cuestionar si se ha hecho lo suficiente a la luz de las pruebas presentadas hasta ahora.

El expediente incluye compras de Aloe Vera, informes arbitrales de partidos y torneos aún no disputados, cajas con supuestos informes técnicos que nunca se entregaron al cuerpo técnico y declaraciones contradictorias de la directiva del Barcelona sobre su conocimiento del papel de Negreira como vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros. En el centro de todo se encuentran los 8,4 millones de euros pagados por el Barcelona a empresas vinculadas a Negreira.

Con la existencia de los pagos ahora comprobada, la cuestión sin resolver es si hubo corrupción deportiva entre 2001 y 2018. El Real Madrid parece ser la única institución plenamente comprometida con determinar si esos años implicaron algo que muchos sospechan y otros niegan: compra de influencias.

A principios de este año, el Real Madrid logró extender la investigación hasta el 1 de marzo. Esta medida subrayó la determinación del club de no desviar la mirada ante lo que el presidente de la UEFA, Aleksander Šeferin, describió como "lo más grave que he visto en el fútbol". Si bien LaLiga y la RFEF han tenido un papel mínimo en el proceso, el equipo legal del Real Madrid ha adoptado un enfoque cada vez más agresivo, argumentando que el fútbol español sufrió una manipulación de su identidad y una distorsión de su competición por decisiones inexplicables.

El 24 de diciembre, justo antes de Navidad, se supo que el Real Madrid había solicitado formalmente un plazo de diez días para acceder a auditorías, informes de diligencia debida, facturas y presupuestos vinculados a las finanzas del Barcelona entre 2010 y 2021. La solicitud abarca 625 documentos e incluye pagos a empresas como Dasnil 95, Nilda, Soccercam, Best Norton, Tresep y Radamento, todas ellas vinculadas al escándalo.

Este paso no será el último. El Real Madrid y el Barcelona, ??Florentino Pérez y Joan Laporta, vuelven a su estado natural: tratarse no como rivales, sino como adversarios. La directiva del Madrid ha estado esperando este momento, y ya ha llegado, mientras que la investigación parece que se extenderá mucho más allá del 1 de marzo.

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