El Comité Técnico de Árbitros (CTA) ha abordado públicamente las polémicas de la cuarta jornada de La Liga, centrándose en la tarjeta roja mostrada a Dean Huijsen. Su conclusión fue clara: la expulsión fue incorrecta y el VAR acertó al no intervenir.

En el minuto 32, Huijsen fue expulsado tras cometer una falta sobre Oyarzabal. El árbitro Gil Manzano la consideró una ocasión manifiesta de gol negada (DOGSO). Sin embargo, el Real Madrid argumentó que debería haber sido amarilla, ya que Éder Militão estaba lo suficientemente cerca como para cubrir el balón y Huijsen no era el último defensa.

El CTA explicó los matices de la situación: "Esta jugada pone de relieve la diferencia entre un ataque prometedor y una ocasión manifiesta de gol. El factor decisivo es si un segundo defensa está en posición de disputar el balón. En tal caso, la sanción debería ser amarilla. Si, como consideró el árbitro, la distancia imposibilitó la intervención, se considera roja".

Marta Frías, portavoz de la CTA, confirmó posteriormente que Huijsen no debió ser expulsado: "Este Comité considera que no se cumplieron todos los criterios para la DOGSO, y la sanción correspondiente habría sido una tarjeta amarilla". También respaldó la postura del VAR, subrayando la correcta actuación de Figueroa Vázquez: "El VAR solo interviene en errores claros y evidentes. Esta fue una decisión ambigua, abierta a la interpretación, por lo que la decisión del árbitro se mantuvo".

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